Esperé, disfrutando de mi café. Finalmente, los niños bajaron corriendo y gritando: ... dame una tostada, ya se me hizo tarde, donde esta mi abrigo,... voy a perder el autobús. Sintiendome más deprimido que nunca, me fuí a la oficina.
Cuando entré, mi secretaria me saludo con una sonrisa y me dijo: "Feliz cumpleaños jefe". "Le traeré un café". El que ella lo recordara me hizo sentir mucho mejor.
Más tarde durante la mañana, mi secretaria tocó a la puerta de mi oficina y me dijo: ya que es su cumpleaños, porqué no comemos juntos. Pensando que esto me haría sentir mejor le dije "buena idea".
Así que salimos antes de la oficina, y como era mi cumpleaños, dije, porqué no vamos a las afueras de la ciudad y comemos en el campo para variar un poco en vez de ir al lugar de siempre.
Así que nos fuimos fuera de la ciudad a un sitio tranquilo, una casa rural llamada A Mimoseira en un pueblo llamado Nigoi, pedimos un par de martinis y una buena comida.
Ya cuando ibamos de regreso a la ciudad, mi secretaria me dijo: porqué no vamos a mi casa y le preparo otro martini. Me pareció una buena idea, pasamos a su casa a charlar y beber un par de copas.
Poco tiempo despues me dijo: si me disculpas un momento, creo que me pondré algo más comodo, y se fue a su habitación. A los seis minutos abrió la puerta de su habitación y salio con un gran pastel de cumpleaños y detrás de ella venían mi esposa y mis hijos... y ahí estaba yo sentado desnudo solo con mis calcetines.